¿Qué es el trauma infantil?
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, se define el trauma infantil como un evento doloroso o angustiante que un niñx experimenta. Ninguna etapa de la vida es tan vulnerable como la infancia y, es por eso, que pocas cosas marcan tanto a una persona como el haber experimentado algún trauma en ese proceso. Las experiencias de nuestra niñez tienen un peso decisivo en nuestra manera de desarrollarnos, sentir, pensar, actuar, comportarnos…
Cuando se sufre un trauma en nuestra infancia, tiene consecuencias a largo plazo en nuestra vida. Como todas las situaciones traumáticas, cicatrizan unas lesiones psicológicas que dañan nuestro inconsciente puesto que se produce un daño emocional impactante y duradero que llega a marcar a la persona.
En muchas ocasiones, muchas personas no son conscientes de la existencia de estos traumas aunque estén condicionando la calidad de su vida personal. Por esa razón, es imprescindible detectarlos a tiempo y trabajar en ellos.
¿Cuáles son las causas del trauma infantil?
Como mencionamos anteriormente, existen muchos sucesos o situaciones que pueden provocar un trauma en la infancia afectando así nuestra edad adulta. Algunos eventos que pueden desencadenar un trauma arrastrado hacia la edad adulta pueden estar altamente relacionados con, por ejemplo:
· Situaciones de violencia física o verbal en el seno familiar.
· Sentimientos de rechazo en familia y/o en el colegio, más comúnmente conocido como bullying.
· Maltrato físico o psicológico por parte de familiares y/o en el colegio.
· Abusos sexuales.
· Humillaciones.
· Negligencias en el cuidado por parte de los progenitores.
· Abuso de alcohol, drogas y substancias por parte de los progenitores.
· Pobreza y exclusión social.
· Separaciones o divorcios sin respetar las necesidades de lxs niñxs.
· Pérdidas repentinas.
· Duelos.
· Desastres naturales.
¿Cuáles son las consecuencias del trauma infantil?
En muchas ocasiones, el recuerdo del trauma desaparece por los propios mecanismos de defensa que nuestro cuerpo y mente poseen. No obstante, siempre existen ciertos síntomas que pueden surgir o aparecer, en función de la cantidad de situaciones que experimentemos. Las consecuencias más comunes son las siguientes.
· Ansiedad generalizada.
· Depresión.
· Ataques de pánico.
· Trastornos del sueño.
· Pesadillas.
· Dolores crónicos.
· Desorientación.
· Flashbacks, sonidos intrusivos, sensaciones negativas recurrentes.
· Falta de empatía en las relaciones.
· Disfunciones sexuales.
· Hipersensibilidad a ciertos estímulos.
· Problemas de atención y concentración.
· Problemas en la autoestima.
¿Cómo tratar el trauma?
Sobrellevar una situación traumática necesita, en muchas ocasiones, de la ayuda de un profesional con el que mantener un vínculo para intentar entender, procesar y hacer frente a esas experiencias que lo causaron.
Al suponer un obstáculo en el desarrollo físico, intelectual y emocional del niñx (y/o adultos en muchos casos), es necesario identificar los eventos privados que surgen durante el proceso para poder desarrollar nuevas capacidades como la autocompasión, la gestión del estrés, la depresión y poder aumentar así las emociones, pensamientos y actitudes positivas para generar una regulación emocional y conductual.
Es importante que sepas que queremos acompañarte en todo el proceso para saber cómo se ha construido esa narrativa traumática y poder volver a reconectar con el niñx interior y devolver el equilibrio emocional a la vida diaria.
Bibliografía y documentos relacionados
El apego y tipos de apego | Silvia Duran
Trauma psicológico y estrés postraumático | Silvia Duran
La ansiedad: qué es, causas, síntomas y cómo superarla | Silvia Duran
