Introducción
El verano trae consigo más exposición al cuerpo: playa, piscina, prendas más ligeras… y a menudo también comparaciones constantes con los demás. Las redes sociales y la cultura del cuerpo perfecto intensifican la presión. Muchas personas llegan a consulta con frases como “odio ponerme bañador”, “no me gusta mi cuerpo y me comparo todo el tiempo” o “me siento insegura cada vez que tengo que mostrar mi cuerpo”. Y justamente por eso, este mes nos centramos en cómo fortalecer la autoestima fuera del cuerpo.
El caso de Alba
Alba, de 29 años, llevaba un tiempo viniendo a consulta. Habíamos trabajado su autoestima y se sentía mejor consigo misma, pero al llegar el verano, comenzó a notar un rechazo intenso hacia su cuerpo. Me comentaba que evitaba ir a la playa o la piscina y que incluso le costaba ponerse camisetas ajustadas o pantalones cortos. Sus amigas le repetían que “se veía bien”, pero ella no podía dejar de compararse, y terminaba revisando compulsivamente las redes sociales, lo que la hacía sentir aún peor.
En terapia, identificamos que su autoestima estaba muy vinculada a la apariencia física y que el estrés del juicio social activaba su voz interna crítica: “no estoy a la altura”.
Lo que hay detrás de lo que siente Alba
Lo que vivía Alba tiene una explicación científica:
- Redes sociales y autoestima corporal. El uso intensivo de redes está directamente relacionado con mayor insatisfacción corporal, especialmente en jóvenes adultos y cuando se trata de contenido centrado en la apariencia. Reducir este uso ha demostrado mejorar tanto la percepción del propio cuerpo como el bienestar emocional (Thai et al., 2023).
- Comparación social. La teoría de la comparación social (Perloff, Eckler & Kalyango, 2014) explica cómo solemos valorar nuestra apariencia comparándonos con los demás. Las comparaciones con personas que encajan en cánones idealizados (“comparación ascendente”) afectan negativamente la autoestima de mujeres adultas jóvenes, generando autocrítica y desánimo.
- Impacto en la salud mental. Una revisión sistemática identificó que los adolescentes y adultos jóvenes con un uso elevado de redes presentaban mayor insatisfacción corporal y síntomas de ansiedad y depresión, y que esta insatisfacción también se correlacionaba con conductas alimentarias desordenadas (Dane & Bhatia, 2023). De forma similar, una revisión reciente confirma que el uso intensivo de redes sociales impacta directamente en la autoestima y el bienestar emocional de adolescentes y jóvenes adultos, reforzando la relación entre exposición a cuerpos idealizados y malestar psicológico (Vicente‑Benito et al., 2023).
En resumen, el malestar de Alba no eran simples inseguridades, sino una respuesta a presiones psicológicas y sociales que afectan profundamente a nuestra relación con el cuerpo.
Cómo lo trabajamos en terapia
Con Alba trabajamos desde una perspectiva integrativa que combina la aceptación, la autocompasión y la comprensión de sus propias partes internas.
- Empezamos por nombrar su experiencia, viendo su malestar como una reacción alojada en el cuerpo y la mente frente a presiones externas, más que en defectos personales. Comprenderlo desde la ciencia redujo su culpa y la permitió abordarse con comprensión.
- A través del modelo Internal Family Systems (Schwartz, 2021), identificamos su voz crítica como una parte que intentaba protegerla. Juntas le dimos espacio a esa parte y desarrollamos otra compasiva que pudiera sostenerla sin condenas.
- Introdujimos ejercicios de autocompasión corporal guiados por el modelo de Kristin Neff (Neff, 2011): prácticas para mirar su cuerpo desde la gratitud y reconocer la funcionalidad más allá de la forma.
- Combinamos regulación emocional con gestión digital: límites en redes, cuestionamiento del discurso social imperante y prácticas de regulación fisiológica como respiración consciente y visualizaciones con presencia corporal.
Gracias a este trabajo, Alba pudo entender que su malestar tenía raíces profundas y legítimas, y que aprender a relacionarse con su cuerpo desde la aceptación y el cuidado era un acto de libertad y sanación.
Conclusión
Alba empezó este verano sintiéndose insegura de su cuerpo, pero a través del proceso terapéutico aprendió que su valor no reside en su apariencia, sino en su capacidad de cuidarse y respetarse desde el cariño. La fortaleza emocional no está en “verse bien”, sino en sentirse bien consigo misma.
En el taller Por qué Yo lo Valgo trabajamos todo esto: autoestima, dependencia emocional, discurso social y vínculos conscientes. Porque aprender a querernos más allá del espejo también es un acto de libertad.
Bibliografia
Dane, A., & Bhatia, K. (2023). The social media diet: A scoping review to investigate the association between social media, body image and eating disorders amongst young people. PLOS Global Public Health, 3(3), e0001091. https://doi.org/10.1371/journal.pgph.0001091
Neff, K. D. (2011). Self‑Compassion: The proven power of being kind to yourself. William Morrow.
Perloff, R. M., Eckler, P., & Kalyango Jr., Y. (2014). Social media use and negative body image among U.S. college women: theoretical perspectives and research agenda. Sex Roles. PubMed+5is.muni.cz+5University of Strathclyde+5
Schwartz, R. C. (2021). No Bad Parts: Healing Trauma and Restoring Wholeness with the Internal Family Systems Model. Sounds True.
Thai, M., Lockwood, P., & Murray, S. H. (2023). Reducing social media use significantly improves body image and weight esteem in youth with emotional distress. Psychology of Popular Media. PubMed+8apa.org+8ResearchGate+8Vicente‑Benito, I. et al. (2023). Influence of social media use on body image and well‑being among adolescents and young adults: A systematic review. Journal of Psychosocial Nursing and Mental Health Services, 61(12), 11‑18. PubMed
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