Marcos, un hombre de 28 años, llega a la consulta por primera vez y, tras varios minutos de conversación, se atreve a confesar que ha estado lidiando con pensamientos suicidas durante meses. “No quiero preocupar a mis seres queridos, pero siento que no puedo más”, confiesa con voz quebrada. La historia de Marcos refleja un problema grave y urgente: el aumento de las tasas de suicidio a nivel mundial. Según la OMS (2021), más de 700000 personas mueren por suicidio cada año, lo que lo convierte en una de las principales causas de muerte a nivel global, especialmente entre jóvenes.
Factores de riesgo y la ciencia detrás del suicidio
La investigación actual destaca una serie de factores de riesgo que pueden aumentar la vulnerabilidad de una persona a tener pensamientos suicidas, como antecedentes de trastornos mentales, abuso de sustancias, situaciones de violencia o abuso, y el aislamiento social (Turecki et al., 2022). Es fundamental abordar estos factores de manera integral, teniendo en cuenta tanto las circunstancias personales como el entorno social y cultural.
En el caso de Marcos, el aislamiento fue un factor clave. “Me siento desconectado de los demás, como si no pudiera compartir lo que realmente me pasa”, explica. La pandemia, el trabajo remoto y las restricciones sociales han exacerbado este sentimiento de desconexión en muchas personas (Wasserman et al., 2020). Las investigaciones sugieren que la soledad y el aislamiento social están directamente relacionados con un mayor riesgo de suicidio (Calati et al., 2019).
Estrategias preventivas basadas en la evidencia
1. Conectar emocionalmente:
Una de las intervenciones clave que trabajamos con Marcos fue la importancia de establecer redes de apoyo emocional. La ciencia ha demostrado que las conexiones significativas pueden tener un efecto protector contra el suicidio. Incluso la simple intervención de tener a alguien en quien confiar reduce significativamente la probabilidad de una crisis suicida (Holt-Lunstad et al., 2023 y Gill, P.R., Arena, M., Rainbow, C. et al.).
2. Autocompasión para la regulación emocional:
En terapia, uno de los aspectos clave en el trabajo con Marcos fue el desarrollo de habilidades de autocompasión y regulación emocional. La autocompasión, que consiste en tratarse con amabilidad y comprensión en lugar de caer en la autocrítica, se ha relacionado con una reducción en los niveles de ideación suicida (Ge et al., 2023). Para fomentar este cambio, pusimos en práctica el diálogo interno compasivo, ayudando a Marcos a aprender a hablarse de manera amable y asertiva en momentos de dificultad. Esta técnica le permitió reconocer sus emociones sin juzgarse, disminuyendo la sensación de desesperanza.
3. Identificación y transformación de pensamientos internos:
Desde un enfoque integrador trabajamos con Marcos en la identificación de pensamientos que contribuían a su malestar emocional. Buscamos fomentar una mayor consciencia y aceptación de éstos dejando ir el juicio y comprendiendo que surgen como una forma de protección. A la vez, trabajamos en aprender a observar y dejar ir estos pensamientos permitiéndose generar una relación más amable y comprensiva con ellos sin necesidad de entrar en lucha ni de resolverlos. La capacidad de observar y aceptar pensamientos difíciles, en lugar de luchar contra ellos, se ha asociado con una disminución en la desesperanza y una mayor resiliencia, lo que puede ser crucial en la prevención del suicidio. Según Ortas-Barajas y Manchón (2023), la terapia de aceptación y compromiso (ACT) puede ser útil en la prevención del suicidio al promover la aceptación de pensamientos y emociones, permitiendo a los pacientes desarrollar una mayor capacidad para afrontar situaciones difíciles.
4. Intervenciones basadas en el cuerpo para la regulación emocional
También incorporamos prácticas de regulación del sistema nervioso para trabajar la regulación emocional, como técnicas de respiración y mindfulness, que pueden ayudar a calmar el cuerpo en momentos de crisis emocional (Hoge et al., 2022). En varias sesiones, practicamos ejercicios de respiración profunda y visualización guiada, que Marcos comenzó a integrar en su vida diaria para reducir su malestar.
5. Crear un plan de seguridad:
Una de las primeras medidas prácticas fue crear con Marcos un plan de seguridad. Este plan incluye identificar señales de advertencia, contactos de emergencia y estrategias que él puede utilizar cuando se siente en crisis. Los estudios respaldan el uso de estos planes como una herramienta efectiva para reducir el riesgo de intentos suicidas (Stanley & Brown, 2012 y Marshal et al, 2023).
La importancia de hablar sobre el suicidio
Marcos, como muchas otras personas, se sentía reacio a hablar sobre sus pensamientos suicidas por miedo a ser juzgado. Sin embargo, es crucial entender que hablar sobre el suicidio no aumenta el riesgo de que alguien actúe en consecuencia, sino que ofrece una vía para pedir ayuda. Según recientes estudios, el estigma alrededor del suicidio es uno de los mayores obstáculos para su prevención, y la comunicación abierta puede salvar vidas (O’Connor et al., 2024).
Avanzando hacia la prevención
El caso de Marcos subraya la importancia de una intervención temprana y personalizada para prevenir el suicidio. La terapia, combinada con estrategias basadas en la evidencia, como la regulación emocional, la creación de redes de apoyo y el uso de un plan de seguridad, puede marcar la diferencia en momentos críticos. Es esencial que, como sociedad, trabajemos para reducir el estigma en torno a la salud mental y el suicidio, promoviendo una cultura de apoyo y compasión. En el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, recordamos la importancia de escuchar, acompañar y ofrecer ayuda a quienes más lo necesitan.
Si estás lidiando con pensamientos suicidas o conoces a alguien que se encuentra en esta situación, recuerda que no estás solo. Busca ayuda. Aquí tienes algunos recursos disponibles en España:
- Una veu contra el suïcidi: 061
- Línea de atención a la conducta suicida: 024
- Teléfono de la Esperanza: 717 003 717
- Emergencias: 112
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Bibliografia
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Ge, D., Guo, C., Zhang, L., & Zuo, X. (2023). Self-compassion and suicide risk: A moderated mediation model and evidence from Chinese universities. Frontiers in Psychology, 14, 1031240. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2023.1031240
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